El nervio vago es fundamental en la salud global del ser humano ya que desempeña un papel muy importante en el trabajo funcional de órganos vitales, repercutiendo por lo tanto, en cómo nos sentimos y en cómo funcionamos. Este nervio es principalmente sensorial, se encarga de recoger e intercambiar información, ayudando al cerebro a comunicarse con el resto del cuerpo. Una parte de nuestro sistema funciona de manera automática: el parpadeo, los latidos del corazón, la respiración, la digestión..etc funcionan por si mismos, de manera inconsciente e involuntaria pero…
¿QUIÉN CONTROLA TODO ESTO?
La respuesta es el Sistema Nervioso Autónomo (SNA), que se compone de dos ramas:
- El Sistema Nervioso Simpático (Acelerador).
- El Sistema Nervioso Parasimpático (Freno).
Estos dos sistemas son antagónicos, es decir, hacen trabajos opuestos. Uno nos moviliza y nos prepara para la acción (acelerador) y otro se encarga de la regeneración y la relajación (freno). Y, ¿Sabéis quién es el representante del Sistema de freno? El Nervio Vago.
A lo largo de la evolución desarrollamos dos ramas de este nervio:
VAGO VENTRAL
Mielinizado.
Relacionado con la conducta social y la comunicación.
Activa la sensación de calma.
Regula el tono cardíaco.
VAGO DORSAL
No mielinizado
Provoca inmovilización, disociación, bloqueo…
Se activa cuando percibe una amenaza que nos pone en peligro.
La zona ventral de este nervio, está relacionada con: el tono de voz, el ritmo respiratorio, el ritmo cardíaco, la digestión, la recuperación, la expresión facial y la conexión con los demás entre otros. Así es que para poder regularnos fisiológicamente hacia la calma después de un proceso de activación necesitamos que nuestro nervio vago esté «en buena forma». Cuando el nervio vago es funcional, se mantiene activo y entre sus funciones está la de relajar el ritmo respiratorio y reducir la frecuencia cardíaca. El es el encargado de controlar la rama del Sistema Nervioso Parasimpático, desempeñando un papel muy importante en la respuesta de relajación y bienestar, podemos decir que FUNCIONA COMO UN FRENO.
PERO….
¿QUÉ SUCEDE SI SE BLOQUEA?
Un contexto de elevado estrés, procesos de ansiedad, traumas o un conjunto de malos hábitos prolongados en el tiempo, pueden hacer que el nervio vago se bloquee, volviéndose disfuncional y repercutiendo en nuestro Sistema Nervioso Parasimpático. Esto nos hace incapaces de funcionar y nos puede causar problemas emocionales. La buena noticia es que es posible estimularlo, aprender a activar este nervio puede permitirnos hacer desaparecer los síntomas de la ansiedad y cambiar funcionamientos que sustentan la depresión. Cuando activamos el Nervio Vago, regulamos nuestro Sistema Nervioso Parasimpático (freno) y esto nos permite:
- Mantener una buena presión arterial.
- Controlar el ritmo cardíaco.
- Controlar el hambre y la saciedad.
- Regular la actividad del sistema inmune.
- Regular la frecuencia respiratoria.
PODEMOS ESTIMULARLO….
- Cantando y bailando
- Con ejercicios de respiración diafragmática
- Con ejercicios de Meditación
- Estableciendo vínculos sociales agradables